Alguna vez puede que hayas pensado “¿qué pasa si hago mucho ejercicio y como de todo?”. O por el contrario puede que te plantees “como saludable para no tener que hacer ejercicio”.
Ese tipo de pensamiento puede causar sin embargo un aumento de peso inesperado y hábitos poco saludables. Como sociedad, ya no somos tan activos como lo éramos antes.
Y por eso, es importante que incorpores el ejercicio regular y opciones de nutrición saludables en tu vida diaria.
¿Por qué es importante hacer ejercicio?
Estoy segura de que has escuchado que no puedes hacer ejercicio y a la vez llevar una mala dieta, y es cierto.
Comer cientos de calorías puede llevarte sólo unos minutos, pero luego tardarás horas en quemarlas. Por ejemplo, necesitas 30 minutos caminando para quemar un aperitivo azucarado de 140 calorías.
Si observas que tus amigos o conocidos han perdido peso y sobre todo que están logrando no recuperarlo, lo más seguro es que el ejercicio sea la clave de ese éxito.
¿Bajo de peso si hago ejercicio?
El ejercicio te ayuda a perder peso quemando principalmente grasa. La dieta sola no hace eso. Y debido a que los músculos ocupan menos espacio que la grasa, el ejercicio ayudará a que luego te quede mejor la ropa.
El ejercicio también ayuda a acelerar tu metabolismo, lo que significa que quemarás más calorías durante todo el día.
Las investigaciones demuestran que no tienes que ir al gimnasio durante horas para ver los beneficios del ejercicio. Las sesiones frecuentes más cortas (10 minutos dos o tres veces al día) de actividad de intensidad moderada ofrecen beneficios para la salud similares a las sesiones más largas en el gimnasio.
Añadir variedad a tu rutina de ejercicios te ayudará a mantenerte motivado, ver resultados y no aburrirte mientras te ejercitas. Una rutina completa debe incluir ejercicio aeróbico, para la salud cardiovascular, entrenamiento de resistencia para la fuerza, entrenamiento funcional para el equilibrio y estiramientos para la flexibilidad y para evitar lesiones.
No hace falta que te ciñas obligatoriamente a los 30 minutos diarios recomendados, lo importante es dedicar al ejercicio la cantidad de tiempo que te siente bien y sea efectivo. Evita un estilo de vida sedentario levantándote y moviéndote periódicamente durante el día, aunque estés horas en la oficina (levantarse cada hora e ir a algún punto de la oficina y volver, etc).
El ejercicio ayuda a la salud mental
El ejercicio, además de ayudar con la pérdida de peso, puede tener otros efectos positivos en tu vida, incluido un menor riesgo de enfermedades crónicas como enfermedades cardíacas, cáncer o diabetes.
También reduce los efectos del estrés y la presión arterial alta. El ejercicio regular también ayuda a tu salud mental con mejoras en la memoria y el aprendizaje, libera endorfinas que aumentan la felicidad y mejora tu autoestima cuando ves que superas tus objetivos.
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La importancia de comer bien
Lo que comes marca la diferencia y los beneficios de llevar una dieta saludable son tan numerosos como los de hacer ejercicio: disminuye el riesgo de enfermedades crónicas, ayuda a controlar el peso, ayuda a controlar el estrés, disminuye los efectos del envejecimiento y mejora la salud de la piel y el cerebro.
Cuando se trata de perder peso, lo que comes importa. Está claro que necesitas restringir las calorías de tu dieta para perder peso, pero no todas las calorías son iguales. Las calorías del azúcar procesado, por ejemplo, promueven el almacenamiento de grasa y el hambre.
Las calorías de las grasas y las proteínas te ayudan a sentirte lleno por más tiempo. Durante el tiempo que tengas como objetivo perder peso, come principalmente proteínas (como pollo), verduras y frutas, evita los hidratos y consume grasas saludables (es decir, no procesadas, como las del salmón o el aguacate) con moderación.
Empieza con la dieta mediterránea
Una forma de enfocar la nutrición saludable es seguir la dieta mediterránea, que se ha demostrado que promueve la buena salud. La dieta mediterránea enfatiza los alimentos de origen vegetal.
Es una dieta rica en frutas y verduras, panes integrales, lácteos bajos en grasa y sin grasa, pescado y aves de corral, frutos secos, legumbres y aceite de oliva, al tiempo que evita los alimentos procesados.
Seguir este tipo de dieta es una opción si una vez que has perdido peso esperas mantenerte en el peso adecuado y no volver a engordar.
En definitiva, no hay que escoger entre dieta o ejercicio, sino hacer una combinación de ambos. Con comer bien y practicar algún tipo de deporte o ejercicio físico sobra si lo que queremos en mantenernos saludables.