¿Eres un pensador crónico? Si es así, estoy seguro de que no has necesitado mucho tiempo para responder esa pregunta. Pensar demasiado, o diseccionar y analizar constantemente cada pensamiento en tu cabeza, cada movimiento que hayas hecho o hagas en el futuro, puede dejarte paralizado y sin ganas o incapaz de realizar ninguna acción en tu vida.
Pensar demasiado te lleva a un cierto estado mental, reelaborando en tu cerebro algo que ya sucedió, algo sobre lo que no tienes poder para cambiar, o te deja preocupado por una decisión futura. ¡Pero la esperanza no se pierde!
Hay algunos cambios simples que puedes hacer, ahora mismo, para relajarte y dejar de pensar demasiado. ¡Sigue leyendo para conocer todos los detalles!
Pensar demasiado no siempre es malo
Pero, ¿por qué pienso demasiado en todo? Si te preguntas por qué estás constantemente pensando demasiado, cabe señalar que pensar demasiado no siempre es algo malo. De hecho, repetir acciones y decisiones pasadas puede ser una herramienta poderosa cuando se trata de aprender y crecer de nuestros errores. Puede ser una forma de autorreflexión que podría ayudarte a ver una situación pasada desde un nuevo punto de vista.
El pensamiento excesivo también puede ayudar a resolver problemas e incluso prestar apoyo al proceso de toma de decisiones. Sin embargo, el problema surge cuando pensar en una situación se convierte en obsesionarse por cosas que ahora están completamente fuera de tu control.
Pensar demasiado se convierte en un problema cuando no tienes ningún propósito real para tu vida. Cuando pensar demasiado ya no te sirve de ninguna manera, es hora de renunciar.
[caption id=“attachment_2692” align=“aligncenter” width=“626”] Designed by Cookie_studio / Freepik[/caption]
¿Qué causa el pensamiento excesivo?
Pensar demasiado es un problema muy común, especialmente entre adultos jóvenes y de mediana edad y aún más en mujeres. El pensamiento excesivo puede tener sus raíces en la duda o la falta de una autoestima saludable, puede estar relacionado con el estrés y la ansiedad, o incluso puede ser el resultado de un trauma pasado o experiencias negativas de la vida temprana.
A veces, identificar la causa puede ayudar a poner fin al comportamiento, y hacia ese fin, vale la pena dedicar un tiempo para hacer el trabajo interno para descubrir la fuente de tu pensamiento excesivo. Sin importar la causa, sin embargo, pensar demasiado obstaculiza el disfrute de la vida cotidiana, puede afectar los ciclos de sueño y la calidad del sueño y, si no se controla, incluso puede convertirse en depresión. Aquí te mostramos cómo relajarte y dejar de pensar demasiado.
Cómo romper el círculo de pensar demasiado
Pensar demasiado puede ser un hábito molesto y francamente problemático que puede conducir a un mayor estrés, ansiedad e incluso problemas de enfermedades mentales en el futuro. Y aunque pensar demasiado en las cosas no es un patrón que puedes desactivar de una vez, la buena noticia es que hay pasos definitivos que puedes tomar para dejar de pensar demasiado, y puedes empezar hoy mismo.
Prueba algunas sugerencias de esta lista y descubre lo que es mejor para ti, tu personalidad y tu situación.
Reconoce cuando estás pensando demasiado
Esto puede sonar simple, especialmente si parece que siempre estás pensando demasiado, pero escúchame. Tomarse el tiempo para reconocer que estás haciendo algo, sin importar si es pensar demasiado, comer en exceso o quedarse dormido, es el primer paso para hacer un cambio real.
Debes ser muy consciente de cuándo caes en el hábito de pensar demasiado. Mira la situación que te ha llevado a ese estado mental y toma nota de ello. No te enfades ni te frustres contigo mismo, simplemente reconoce cuándo estás pensando demasiado y déjalo ir. Saber qué desencadena tu pensamiento excesivo te ayudará a medida que tomes medidas para salir de él.
Practica ser consciente
Ser consciente es la capacidad de practicar el poder de estar completamente presente. Es tener el control de tu propia experiencia. Ser consciente es como una superpotencia que te permite ser plenamente consciente de tu situación actual, enfocar tu atención y alejarte de tu experiencia para comprender completamente tus sentimientos, pensamientos y emociones. Suena bastante poderoso, ¿eh?
Incorporar la atención plena es fácil cuando hay tantas oportunidades cada día para dar un paso atrás y llevar tu atención a tu momento presente, haz el esfuerzo para lograrlo.
No pienses en ello como una cosa más en tu lista de tareas pendientes, más bien, piensa en estar atento como una forma de comprender tus propios sentimientos y emociones sin prejuicios, para procesar información y estar más presente en tu propia vida.
Prueba técnicas de relajación
La respiración profunda en sí misma es una poderosa técnica de relajación, por lo que inmediatamente después de tu intervención consciente, puedes continuar con algunas respiraciones profundas del abdomen. La respiración abdominal, también conocida como respiración diafragmática, usa el diafragma para llenar completamente los pulmones con oxígeno. Inhala por la nariz, permitiendo que se infle el abdomen y exhala por la boca mientras aprietas los abdominales.
Este es un ejercicio poderoso que te ayuda a relajarte, desestresarte y salir de tu propia cabeza. Tómate un tiempo para sentarte con tus pensamientos o meditar mientras tratas activamente de calmar tus pensamientos, ambas técnicas pueden ayudarte a estar más en el momento y aliviar el estrés.
Si estar sentado quieto no te funciona, piensa en algún movimiento intencionado para ayudar a frenar tu pensamiento excesivo. Realiza una práctica de yoga: puedes hacerlo solo en tu propia casa o ir a un estudio local y obtener el beneficio adicional de socializar. Sin embargo, no es solo yoga, también puedes probar tai-chi, estiramientos relajantes o simplemente salir a caminar, lo que cuenta es el movimiento.
El manejo del estrés y las técnicas de relajación pueden ser herramientas poderosas a la hora de lidiar con el pensamiento excesivo crónico. Incorporar estas prácticas diariamente puede ayudarte a equilibrar tu mente y cuerpo. Trata de hacer algo que te relaje todos los días para combatir eficazmente el estrés y la ansiedad que desencadenan el pensamiento excesivo.
Descargar tu cerebro
Hay algo muy catártico en poner una bolígrafo en el papel y dejar que tus preocupaciones fluyan a través de ti. Tal vez no eres una persona que usa papel y lápiz, pero prefieres escribirlos, ¡lo que sea que funcione!
Escribir tus inquietudes y sentimientos no solo te ayuda a dejar de lado esos pensamientos negativos, sino que literalmente libera un espacio valioso en tu cerebro para cosas más productivas. Esta es una buena opción para probar justo antes de acostarse, si sueles estar toda la noche y no puedes quedarte dormido. Escribe lo que sea que te mantenga actualizado: tu lista de tareas, tu lista de compras, el horario de recogida del niño, ¡cualquier cosa!
Por último, ¡asegúrate de seguir así! Las soluciones a largo plazo para relajarse y dejar de pensar demasiado son persistencia y paciencia