Hoy en día, los entrenadores se enfrentan a un reto cada vez mas común: los clientes entrenan más duro que nunca, pero también luchan más que nunca con el estrés, la recuperación y la regulación emocional.
Ya sea en gimnasios, estudios o entornos corporativos, el rendimiento suele venirse abajo no por una mala planificación, sino porque el sistema nervioso está saturado.
En este episodio de FitNation, el coach de alto rendimiento y especialista en breathwork Yves van Veen ofrece una visión poderosa: el coaching moderno debe ir más allá de las repeticiones, las series y la fuerza de voluntad.
A partir de su trabajo con equipos de alto rendimiento en el mundo empresarial, la defensa y el deporte de élite, demuestra que el cambio real empieza por la fisiología: los patrones de estrés, las creencias y los hábitos de respiración que influyen en cómo una persona se presenta en el entrenamiento, el trabajo y el día a día.
Yves trabaja con frecuencia con personas que, por fuera, parecen tenerlo todo bajo control, pero por dentro aún tienen dificultades para regular su estado interno.
Para los coaches, esa brecha entre rendimiento exterior y bienestar interior no es una limitación, sino una oportunidad. Entender qué mueve a alguien por dentro se está convirtiendo en una habilidad clave para lograr una transformación real y duradera.
Este artículo explora qué puede aprender el coaching moderno de la ciencia del estrés y cómo integrar el breathwork sin necesidad de “ponerse espiritual”. Yves ha condensado los aprendizajes más relevantes para los profesionales del fitness:
- Por qué el sistema nervioso debería influir en cada decisión de entrenamiento
- Cómo usar el breathwork como herramienta práctica y respaldada por la ciencia
- Cómo leer a tus clientes más allá de lo que dicen sus palabras
- Cómo la tecnología puede ampliar tu impacto mucho más allá de la sesión de entrenamiento
Si tu objetivo es crear clientes fuertes (por dentro y por fuera) y un negocio que dure, esta conversación es sin duda una hoja de ruta clara para el coaching del futuro.
1. Empieza por el sistema nervioso, no por la rutina de entrenamiento
Muchos entrenadores empiezan la sesión abriendo la agenda o repasando el plan de entrenamiento. Yves empieza observando el estado de la persona.
Antes de hacer ni una sola repetición, el sistema nervioso ya está hablando. Señales sutiles como respiración superficial, hombros tensos, postura inquieta, habla acelerada dicen mucho más sobre el estado de un cliente que cualquier cuestionario o calentamiento.
Como afirma Yves: si alguien entra desconectado de su cuerpo, “no puedes esperar que rinda a un alto nivel. Su sistema simplemente no está preparado.”
El coaching, en otras palabras, no va solo de ejecutar tareas. Va de gestionar estados. Es decir, de gestionar personas.
Un cliente en modo lucha o huida no puede concentrarse, ni aprender cosas nuevas, ni regular su esfuerzo, por muy bien diseñado que esté el programa. El rendimiento empieza con la consciencia, tanto del entrenador como del cliente.
Por eso Yves anima a los entrenadores a empezar cada sesión con dos preguntas tan simples como potentes:
1. ¿En qué estado entra esta persona a la sesión?
2. ¿En qué estado quieres que se vaya?
Estas preguntas cambian el foco del entrenamiento de lo que alguien tiene que hacer, a cómo está por dentro.
Cuando anclas el entrenamiento en el sistema nervioso, dejas de guiar solo el movimiento y empiezas a guiar la regulación, la resiliencia y la autoconciencia.
Ahí es donde empieza el coaching de verdad.
2. El Breathwork como herramienta práctica, no espiritual
El Breathwork (trabajo de respiración) todavía arrastra cierta fama de ser algo abstracto o “espiritual”. Pero la fisiología detrás es todo lo contrario: está respaldada por evidencia científica.
La investigación actual lo deja claro: la respiración es una de las formas más rápidas de influir en el sistema nervioso. Y eso convierte al breathwork en una herramienta muy práctica para cualquier entrenador.
Como explica Yves, muchos clientes estresados ni siquiera se dan cuenta de cómo cambia su forma de respirar bajo presión: más rápida, más superficial, más alta en el pecho.
Este patrón envía al cuerpo una señal de “acción” constante, incluso si la amenaza real es solo una fecha límite o una sesión intensa. Y lo más importante, el sistema nervioso reacciona igual que si se tratara de un peligro real.
“El sistema nervioso no distingue entre una amenaza real y el estrés del día a día”, dice Yves. “Pero en cuanto cambias tu respiración, cambias tu estado.”
Y ahí es donde el breathwork se vuelve tan útil para los entrenadores:
- Cambiar la respiración reduce la activación fisiológica
- Mejora el enfoque, la regulación emocional y la recuperación
- Funciona en segundos, incluso antes de empezar a entrenar
Y no, no necesitas incienso, cojines de meditación ni discursos místicos. Se puede explicar con lógica y claridad:
- “Esto ralentiza tu ritmo cardíaco.”
- “Esto activa tu sistema parasimpático.”
- “Es la misma técnica que usan los deportistas de élite para resetearse entre momentos de presión.”
Cuando el cliente nota el efecto de inmediato, la etiqueta deja de importar. Lo que cuenta es que sienta más claridad, más calma y más control.
El breathwork no es místico, es neurofisiología. Y para los coaches, es una de las herramientas más accesibles para cambiar una sesión desde dentro.
Entonces… ¿qué es exactamente el “breathwork”?
Es posible que ultimamente no hayas parado de oír ese término, o gente hablando en los vestuarios o entre series del “trabajo de respiración” pero… ¿te has parado a pensar qué significa realmente?
En esencia, el breathwork es el uso intencionado de técnicas de respiración controlada para influir en el sistema nervioso. Ajustando la profundidad, el ritmo y el patrón de tu respiración, puedes cambiar tu estado físico y mental: de estresado a tranquilo, de disperso a centrado, de agotado a recuperado.
No es una práctica espiritual por defecto. Es un método con base científica que se usa en el deporte de alto rendimiento, la psicología clínica y la gestión del estrés.
Es una de las herramientas más rápidas y accesibles que tenemos para regular cuerpo y mente —y por eso está ganando tanto peso en el coaching actual.
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3. Lee a tus clientes más allá de lo que dicen: creencias, resistencia y lenguaje corporal
La mayoría de los clientes no tienen problemas por falta de disciplina, lo que les frena son sus creencias internas y sus patrones de estrés, que condicionan su comportamiento.
Como explica Yves, la conducta casi siempre es una expresión del estado interno. Si quieres acompañar de verdad, tienes que aprender a leer lo que no se dice en voz alta.
Muchos clientes cargan con creencias como:
- “Descansar es de débiles.”
- “Solo valgo si doy el 100%.”
- “Si aflojo, me quedo atrás.”
Y estas ideas influyen en todo: la intensidad con la que entrenan, cómo se hablan a sí mismos, su capacidad de mostrarse vulnerables… incluso en su postura física.
Por eso Yves observa con atención el lenguaje corporal. Dice mucho del sistema nervioso de alguien antes de que lo verbalicen:
- Brazos cruzados o postura hacia atrás → resistencia sutil
- Dudas al hablar o moverse → falta de seguridad o de espacio seguro
- Entusiasmo exagerado → estrés disfrazado de motivación
- Recuperación lenta → sistema sobrecargado, no falta de forma física
“Cuando alguien llega en un estado de estrés”, dice Yves, “no puedes simplemente empujar más fuerte y esperar mejores resultados. Tienes que encontrarte con esa persona donde está.”
Los entrenadores que desarrollan esta habilidad pasan de dar órdenes a ofrecer comprensión.
Ayudan a sus clientes a entender por qué reaccionan como lo hacen. Y eso convierte las sesiones en momentos de autoconocimiento, no solo en esfuerzo físico.
Cuando un cliente se siente visto —no solo corregido—, la confianza crece. Y el progreso también.
Esta es la diferencia entre liderar un entrenamiento… y guiar una transformación.
4. Crea ritmos: picos, recuperación y rendimiento sostenible
En el deporte de élite, los atletas entrenan siguiendo ciclos muy bien definidos. Hay fases de carga, de pico, de recuperación y de reinicio. Un ritmo pensado para cuidar tanto el rendimiento como la longevidad.
Pero en el mundo corporativo, y en la vida de muchos clientes de gimnasio, ese ritmo brilla por su ausencia. Mucha gente vive en un “estado pico” constante, empujando sin parar y confundiendo estar ocupados con avanzar de verdad.
Yves lo ve y lo ha vivido de primera mano.
Muchos de sus clientes con alto rendimiento son inteligentes, ambiciosos y, por fuera, exitosos. Pero por dentro… su sistema nervioso está agotado. “En el mundo empresarial”, explica, “los picos no están bien definidos. Así que la gente nunca sale del modo ‘rendimiento’, y ahí es donde uno empieza a quemarse.”
Y para los entrenadores, ahí hay una oportunidad enorme para aportar valor.
Enseñar a tus clientes a reconocer y respetar sus ciclos fisiológicos puede ser tan importante como enseñarles a hacer una buena sentadilla o la técnica de cualquier ejercicio. Algunas formas prácticas de integrarlo en tus sesiones:
- Nombrar y normalizar las señales de estrés
Ayudarles a diferenciar cuándo están superándose de verdad… y cuándo se están pasando de rosca. - Incluir la recuperación de forma intencional
No como un añadido, sino como parte clave del plan de entrenamiento. - Crear ritmos semanales y por temporadas
Alternar fases de empuje con fases de restauración. - Enseñarles a distinguir fatiga productiva de agotamiento
La primera genera adaptación. La segunda, colapso.
Ya sea en deporte o en empresa, la regla es la misma:
Sin recuperación no hay progreso. Solo acumulación de estrés.
Cuando los entrenadores integran ciclos de trabajo–recuperación en su enfoque, permiten que sus clientes mantengan un rendimiento alto sin poner en riesgo su salud.
El entrenamiento deja de ser otro factor de estrés… y se convierte en una vía estructurada hacia la resiliencia.
5. Usa la tecnología para acompañar más allá de la sesión
Muchos entrenadores temen que las herramientas digitales hagan que su trabajo se sienta menos personal… o incluso prescindible.
Pero en realidad, la tecnología hace justo lo contrario: amplía tu presencia en los momentos donde el cliente más te necesita.
Yves lo vio claro tras años de impartir talleres presenciales.
Los asistentes salían motivados, centrados, con ganas de aplicar lo aprendido. Pero meses después, muchos confesaban que no habían sabido mantenerlo por su cuenta.
La vida se les echaba encima. “Aunque hayan vivido una experiencia potente”, explica Yves, “muchas personas no saben cómo integrar esas herramientas en su día a día.”
Su solución fue Breathstate , una app práctica que permite a los clientes regularse estén donde estén. Las mismas técnicas que se trabajan en sesión están ahora disponibles en ejercicios breves para concentrarse, recuperarse o descansar profundamente.
Este modelo refleja algo más grande: la tecnología no reemplaza al entrenador — lo refuerza.
Las herramientas digitales permiten:
- Consistencia entre sesiones
El progreso no se pierde entre encuentros. - Micro-momentos de regulación
Antes de una reunión, un entrenamiento o una conversación difícil. - Conexión continua
Vídeos o audios mantienen viva la presencia del entrenador. - Personalización a escala
El apoyo va mucho más allá del 1:1 presencial.
Como dice Yves, la tecnología hace que el cliente sienta que su entrenador “está con él”, incluso cuando no lo está físicamente. Y en un mundo donde el estrés se acumula en los pequeños momentos del día a día, ese acompañamiento constante puede marcar la diferencia.
El coaching híbrido no es el futuro, es el nuevo estándar.
Los entrenadores que integran bien la tecnología multiplican su impacto. Ya no son parte de la agenda semanal del cliente… sino parte de su rutina diaria.
6. Tu Autenticidad Es Tu Ventaja Competitiva
Cuando Yves entró en el mundo del breathwork, ya estaba saturado. Cada mes aparecían decenas de nuevos profesionales, formados con técnicas muy similares.
Pero pronto aprendió algo esencial: los clientes no eligen métodos, eligen personas.
“La gente no trabaja contigo por la técnica que conoces, trabaja contigo porque confía en quién eres en ese rol”, explica Yves. La autenticidad no es un concepto de marca, es una estrategia de negocio.
Y hoy en día, esto es más importante que nunca.
A medida que crecen las herramientas online y aumenta la competencia, tu identidad se convierte en tu diferenciador.
Los entrenadores que destacan no son los más pulidos, son los más humanos, los más coherentes, los que se atreven a mostrar en qué creen.
Lecciones que los coaches de hoy pueden sacar del camino de Yves:
- Muestra tu cara y tu voz desde el principio
La visibilidad genera familiaridad, y la familiaridad genera confianza. - Sé constante, no perfecto
Tus clientes no esperan un coach perfecto, esperan uno real. - No imites el éxito. Crea tu propia versión
Inspirarse está bien, pero copiar diluye tu impacto. - Usa bien tus canales (email, redes, apps)
Estar presente mantiene abiertas las puertas para futuros clientes. - Rodéate de personas que te reten a crecer
Tu entorno influye tanto como tus habilidades.
Los primeros años de Yves no fueron glamurosos. Hizo crecer su negocio en tiempos inciertos, vivió con lo justo, y se rodeó de otros profesionales que también estaban construyendo desde cero.
Ese entorno le dio enfoque, ideas y, sobre todo, la convicción de que crecer lleva tiempo.
La autenticidad no es un eslogan, es una práctica diaria.
Es la confianza tranquila de saber que tu forma de ver las cosas, tu energía y tu historia no son un defecto. Son el motivo por el que los clientes te eligen a ti.
7. El futuro del coaching: entrena fuerte, recupérate fuerte
La industria del fitness está cambiando.
Los gimnasios ya no son solo sitios para levantar pesas. Están evolucionando hacia espacios de bienestar donde los socios esperan orientación sobre estrés, sueño, recuperación y resiliencia.
La gente quiere rendir al máximo, pero sin poner en juego su salud.
Yves lo explica con claridad en el episodio #2 del podcast FitNation.
Los coaches que van a destacar son los que entienden ambos lados del rendimiento: la intensidad que impulsa el progreso y la recuperación que lo hace sostenible.
“La gente quiere ir a tope”, dice, “pero también tiene que saber cómo recargar pilas. Las dos cosas tienen que ir de la mano.”
Este nuevo panorama exige a los coaches integrar herramientas y habilidades que hasta hace poco estaban fuera del coaching tradicional:
- Entrenamientos de alta intensidad combinados con técnicas para bajar el sistema nervioso
- Breathwork, consciencia emocional y movilidad como elementos básicos de cualquier plan
- Exposición al frío, terapia de calor y protocolos de recuperación
- Seguimiento de datos que no solo mide repeticiones, sino también niveles de estrés y preparación
- Psicología del rendimiento unida a fisiología
Los socios están más informados que nunca, pero también más estresados que nunca.
Ya no buscan solo entrenos, buscan mejor energía, más claridad mental, mejor ánimo y resiliencia real. Y quieren coaches que sepan guiarlos en todo eso.
El futuro del coaching es híbrido, holístico y centrado en la persona.
No se trata de elegir entre intensidad o bienestar. Se trata de integrar ambos con intención.
Los coaches que aprendan a dominar este equilibrio no solo mejorarán el rendimiento. Redefinirán lo que significa ser coach hoy.
Conclusión Final

El coaching está evolucionando.
Ya no se trata solo de resultados físicos. Los clientes vienen buscando claridad, resiliencia y apoyo realista para el ritmo de vida actual.
La nueva generación de coaches de alto impacto lo entiende: el rendimiento humano no se construye solo con disciplina, sino con la capacidad de regular el estrés, leer el comportamiento y crear entornos donde la gente pueda prosperar.
La visión de Yves van Veen marca un camino claro.
Cuando el coaching se basa en la fisiología, se integra el breathwork, y se presta atención al mundo interno que condiciona el rendimiento externo, el progreso va mucho más allá de una sola sesión.
Y cuando la tecnología permite extender ese apoyo entre sesiones, la relación con el cliente se vuelve continua, no puntual.
El mensaje es claro: Si combinas ciencia con humanidad, el coaching se convierte en transformación.
Para cualquier coach, gimnasio o estudio que quiera construir clientes más resilientes y un negocio más sostenible, este cambio no es opcional.
Es el plan de acción para el futuro.
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