Hasta hace no tanto, bastaba con saber entrenar. Tener buen trato, algo de formación, y experiencia en sala o al aire libre. Muchos empezaron así. Algunos siguen ahí.
Pero en los últimos años, el sector del entrenamiento personal en España ha cambiado, y bastante. Lo que antes era una ocupación flexible, ahora es una profesión con reglas. Con exigencias. Con un marco legal que ya no se puede ignorar.
Desde la entrada en vigor de la Ley del Deporte, trabajar como entrenador personal sin una titulación reconocida puede dejarte fuera de juego. Y eso plantea muchas preguntas:
- ¿Vale lo que ya he estudiado?
- ¿Puedo seguir trabajando si llevo años en esto?
- ¿Cómo afecta esta ley a mi gimnasio o estudio?
Esta guía intenta responder con claridad. Sin rodeos.
Tanto si estás empezando como si llevas tiempo en el sector, aquí encontrarás lo esencial:
- Qué dice la Ley del Deporte y cómo te afecta como entrenador personal en España
- Cómo adaptar tu centro a la nueva ley
- Cómo digitalizar tu servicio para crecer y diferenciarte
- Dónde puedes trabajar como entrenador personal titulado
- ¿Cuánto puedes ganar como entrenador personal en España (2025)?
Qué dice la Ley del Deporte y cómo te afecta como entrenador personal en España
A finales de 2022, algo cambió.
Hasta entonces, la figura del entrenador personal en España se movía en una especie de limbo legal: muchos trabajaban con cursos de fin de semana, otros acumulaban años de experiencia sin una titulación oficial.
Y aunque eso no implicaba necesariamente una mala praxis, lo cierto es que el marco legal era ambiguo.
Con la entrada en vigor de la nueva Ley del Deporte, se refuerza la idea de garantizar que quienes ejercen profesionalmente en el ámbito deportivo cuenten con una formación adecuada. Pero cuidado: la ley no dice que solo quienes tienen el título universitario en CAFD (INEF) puedan trabajar como entrenadores personales, ni limita de forma absoluta el acceso a la profesión.
Tampoco existe, por ahora, una ley específica de entrenadores personales a nivel nacional, aunque algunas Comunidades Autónomas sí han empezado a desarrollar normativas más concretas sobre los requisitos formativos mínimos.
En la práctica, esto significa que el sector tiende hacia una mayor profesionalización, y que cada vez será más importante contar con una formación reconocida. Pero no implica que quienes no tienen un título universitario tengan que dejar de trabajar de inmediato.
Hay margen, hay alternativas, pero también hay que moverse. Y moverse ya.
Requisitos para ser entrenador personal
Grado en CAFD
Es la vía más clara y segura para ser entrenador personal.
Se trata de un grado universitario que te forma en planificación del ejercicio, biomecánica, fisiología, análisis del movimiento y educación física.
Además de habilitarte legalmente, te abre puertas en el ámbito educativo y sanitario.
Técnico Superior en Acondicionamiento Físico (TSAF)
Es un ciclo formativo de grado superior que otorga un certificado de entrenador personal.
Muy útil si te interesa trabajar en clases colectivas, entrenamientos grupales o dinamización de actividades en gimnasios.
¿El problema? Según la interpretación actual de la ley, no te autoriza a prescribir entrenamientos de acondicionamiento físico de forma individual.
Certificado de Profesionalidad (SEPE)
Aquí es donde muchos entrenadores en activo pueden encontrar su salida. Si llevas años trabajando pero no tienes titulación oficial, puedes regularizar tu situación sin tener que hacer una carrera universitaria.
¿Y qué pasa con los que ya están trabajando?
Aquí entra en escena una normativa aún en desarrollo: la futura Ley estatal de ordenación de profesionales del deporte o ley de entrenador personal.
Esta futura ley prevé tres cosas importantes:
- Que los servicios más técnicos o de mayor complejidad, como el entrenamiento personal queden reservados para personas con título en CAFD.
- Que quienes ya trabajan en el sector sin ese título puedan seguir haciéndolo, siempre que pasen por un proceso de habilitación o regularización.
- Que los titulados de FP sigan teniendo un papel activo en el ecosistema deportivo, aunque con competencias distintas y más limitadas.
¿Te interesa conocer más a fondo este tema? Aquí te dejamos este artículo sobre la ley de entrenadores.
Cómo adaptar tu centro a la nueva ley
Puede que esta ley te suene a otro trámite más, pero si tienes un gimnasio o diriges un estudio, lo que regula la nueva ley de entrenadores personales te afecta mucho más de lo que crees.
No es solo papeleo: afecta directamente a cómo trabajas, con quién trabajas y qué servicios puedes ofrecer. Y sí, es cierto que la ley exige formación oficial, pero entendemos que pedir a todo tu equipo que haga una carrera universitaria de cuatro años no es práctico ni viable para tu negocio hoy.
Entonces, ¿qué puedes hacer realmente?
¿Qué está en juego?
Lo fundamental es la credibilidad y la seguridad jurídica. Cumplir con la ley no solo evita problemas legales, sino que protege la reputación de tu centro y la confianza de tus clientes.
Si algún miembro de tu equipo diseña o prescribe entrenamientos sin la formación requerida, no solo pones en riesgo a ese profesional, sino a tu empresa entera.
Adaptarte de forma inteligente puede ser una oportunidad para diferenciarte en un mercado saturado y ofrecer un servicio más profesional y seguro.
¿Cómo hacerlo?
Haz un diagnóstico real de tu equipo
No todos tendrán una titulación oficial todavía, y es normal. Pero necesitas saber quién está preparado para qué tareas. Habla con cada entrenador, revisa sus certificaciones, experiencia y competencias reales.
Fomenta la formación continua y alineada con la regulación
No todo pasa por la universidad. Existen opciones formativas más ágiles que permiten a tu equipo seguir creciendo profesionalmente y adaptarse al marco normativo en evolución. Investiga cursos o certificaciones que puedan ser reconocidos oficialmente en tu Comunidad Autónoma.
Además, puedes facilitar que tu equipo se forme sin dejar de trabajar. Así no pierdes talento ni operatividad.
Define claramente roles y responsabilidades
No todas las tareas implican la elaboración de planes personalizados. Puedes organizar el equipo para que solo quienes tengan la formación adecuada diseñen programas, mientras el resto se enfoca en la ejecución, seguimiento y motivación.
Formaliza esta estructura para proteger legalmente tu centro y dar claridad a tus empleados.
Sé estratégico al crecer tu equipo
Si estás ampliando plantilla, valora incorporar perfiles con formación acorde al tipo de servicios que ofreces. Eso te permitirá adaptarte con mayor facilidad a los requisitos que puedan consolidarse en el futuro.
Evalúa alianzas externas
Si tu equipo actual tiene limitaciones, puedes apoyarte en profesionales externos o consultoras para tareas específicas como la planificación de entrenamientos.
Comunica con transparencia a tus clientes
Explícales que tu centro se preocupa por cumplir con la normativa y garantizar la profesionalidad del servicio. Eso genera confianza y es un valor diferencial importante.
Cómo digitalizar tu servicio para crecer y diferenciarte
Cumplir con la ley es obligatorio. Pero si lo único que haces es cumplir, te vas a quedar en el mínimo.
En un sector cada vez más competitivo, la diferencia no la marca quien trabaja más, sino quien organiza mejor lo que ya hace.
Digitalizar tu operativa no va de subirse a una moda. Va de tener control. De evitar errores que se repiten. De dejar de improvisar. Y sobre todo, de liberar tiempo para lo que de verdad importa: estar con los clientes.
Entrenamientos: menos papel, más seguimiento real
Aún hay centros que entregan rutinas en PDF o impresas. No está mal, pero se pierde trazabilidad. ¿Quién hizo el plan? ¿Cuándo se modificó? ¿El cliente lo sigue o no?
Tener todo centralizado te permite saber qué se le asignó a cada persona, en qué punto está y si necesita un ajuste. No es por “tecnología”, es por sentido práctico. Cuanto más clara es la estructura, menos dependes del caos de última hora.
Comunicación que no dependa de ti
WhatsApp es útil, sí. Pero también es una trampa. Terminas respondiendo mensajes a las 10 de la noche, mezclando temas personales con profesionales, y sin control de nada.
Automatizar partes de la comunicación, como recordatorios, avisos o mensajes tras una ausencia, no te deshumaniza. Al contrario: te permite aparecer en el momento justo sin saturarte. Y si luego respondes personalmente, mejor.
Decidir con datos, no con corazonadas
Cuando trabajas con gente, es fácil dejarte llevar por percepciones. Este grupo parece funcionar, este horario va bien, este entrenador cae bien. Pero ¿es realmente así?
Ver números concretos, asistencia, permanencia, evolución individual, te ayuda a tomar decisiones con más seguridad. Y a justificar cambios ante el equipo, si hace falta.
No necesitas un máster en analítica. Solo saber mirar lo que importa.
Profesionalidad que se nota sin decirlo
No hace falta que pongas “somos profesionales” en tu web. Se nota si lo eres desde el primer momento.
Cuando alguien reserva desde el móvil, paga sin fricción, firma un contrato digital y ve que su plan de entrenamiento está bien estructurado… ya tienes medio camino hecho.
No es una cuestión estética. Es confianza.
Dónde puedes trabajar como entrenador personal titulado
Ser entrenador personal ya no es lo que era hace diez años. Ni por la demanda, ni por los espacios donde se trabaja, ni por lo que se espera de ti. Hoy, con una titulación reconocida, puedes moverte en muchos más entornos que antes, y con mayor legitimidad.
Aquí van algunos de los más comunes y lo que se espera de ti en cada uno:
Estudios boutique y centros especializados
Estos espacios trabajan con grupos reducidos o directamente con entrenamientos uno a uno. Se valora mucho que sepas adaptar el plan al milímetro.
Aquí, tener una titulación es importante… pero no suficiente: también importa cómo conectas, cómo explicas y cómo construyes confianza. El cliente busca algo más que técnica: busca una experiencia.
Gimnasios tradicionales y cadenas
Muchas cadenas integran entrenadores personales en sus planes de fidelización o en servicios premium.
Suelen trabajar con protocolos, bonos de sesiones, y objetivos claros.
En este entorno, tu titulación te abre la puerta, pero lo que te mantiene dentro es tu capacidad para mostrar resultados y generar retención.
Empresas y programas de bienestar laboral
Cada vez más empresas contratan entrenadores para ofrecer sesiones a su plantilla, dentro o fuera del horario laboral.
En estos casos, el trato humano y la adaptabilidad son clave. No estás entrenando a deportistas, sino a personas con estrés, horarios irregulares y distintas limitaciones. Se valora mucho que tengas formación… y que sepas leer el contexto.
Entornos sanitarios o educativos
Aquí hablamos de colaboración con fisios, nutricionistas, psicólogos o incluso centros escolares. Es un campo más técnico, a veces más lento, pero con mucho impacto, sobre todo si trabajas con mayores, población con patologías o jóvenes en proceso de desarrollo.
La titulación es indispensable, y se espera que entiendas de trabajo en equipo y de objetivos a medio-largo plazo.
Online o a domicilio
Este modelo ha explotado en los últimos años. Puedes entrenar por videollamada, vender programas personalizados o combinar entrenos presenciales con soporte digital.
¿La clave? Profesionalidad. Claridad en lo que ofreces. Y buena comunicación. Porque sin el cara a cara, el cliente se pierde más fácil.
¿Cuánto puedes ganar como entrenador personal en España (2025)?
Si has llegado hasta aquí, es probable que te estés haciendo la pregunta que muchos evitan:
¿Se puede vivir bien del entrenamiento personal?
La respuesta corta: sí, pero depende. No solo de cuántas sesiones das, sino de cómo estructuras tu trabajo, a qué público te diriges y en qué contexto te mueves. Hay muchas variables, y ningún caso es igual al otro.
¿Qué influye realmente en tus ingresos?
- Formación
Tener el grado o el certificado no solo te habilita legalmente: también justifica cobrar más si sabes cómo aplicarlo. - Fidelización
Los ingresos suben cuando tus clientes duran. Y eso se entrena tanto como los músculos. - Dónde trabajas
En grandes ciudades puedes cobrar 40–60 €/sesión. En pueblos pequeños, muchas veces no pasa de 20–30 €. - Cómo te comunicas
Una marca personal bien llevada (aunque sea sencilla) genera confianza antes de la primera sesión
Rangos orientativos (y realistas)
Tipo de trabajo | Ingresos mensuales | Comentario breve |
---|---|---|
Gimnasio tradicional | 1.000 – 1.500 € | Sueldo fijo bajo + comisión ocasional |
Autónomo (parques, domicilio, etc.) | 1.200 – 2.200 € | Más margen, pero menos estabilidad |
Especializado (postparto, mayores) | 2.000 – 3.000 € | Se cobra más por el valor que aportas |
Estudio propio (pequeño) | 2.500 – 5.000 € | Requiere gestión, pero puede escalar |
Híbrido (online + presencial) | 2.000 – 6.000 € | Depende de cómo lo estructures |